jueves, 24 de abril de 2008

¿DÓNDE ESTÁ NUESTRA CIVILIZACIÓN?

¿DÓNDE ESTÁ NUESTRA CIVILIZACIÓN?

El tiempo corre, la historia pasa y queda atrás, pero que futuro nos espera. Es implacable e inminente el azotamiento y la marginalidad a la cual, han sido sometidos y seguirán siéndolo los pueblos Latinoamericanos, desde el mismo momento en que nuestra historia se partió en dos.

Seguramente, no esperaban en algún momento descubrir nuevas tierras y mucho menos alcanzar los beneficios que para ellos, ella les brindaría; sin duda alguna, hago referencia a Europa, hago referencia a países como Inglaterra, España, Francia, Portugal y me refiero a ellos no como potencias sino como problemas, que desencadenaron sus consecuencias en las nuevas tierras, en las tierras de las Américas.

Magnánimo y progresista fue dicho descubrimiento para ellos, retrogrado y discriminante para aquellas bestias sin alma como ellos las veían; sin siquiera enmarcar los actos vándalos y prostituyentes, esas violaciones irrefutables a las que fueron sometidos los nuevos conejillos de indias de la no civilizada “Nueva Tierra”.

Ni el oro, ni la plata, ni siquiera la esclavitud, fueron fuente apremiante para la colonización, porque a medida que la historia se partía, era nubloso e incontrolable el devenir retroceso que les asechaba, donde eran pocos quienes solventemente se beneficiarían; dado esto como consecuencia del derroche y despilfarración de lo poco poseído.

De esta forma, España, monarquía católica, puede contar su historia de abruptuoso enriquecimiento material, de lujuria y desapropiación de pasar por bien servida a servidora de quienes ellos mismo hicieron sus potencias capitalistas.

Desdichas asecharon, la desgracia se propago, los intereses de los grandes ahora fueron mayores, sus arcas rebosaron, mientras del otro lado la balanza se desequilibraba.

Se llevaron e implantaron aquí, lo que pudieron y un poco mas y lo que ahora abría una nueva luz de esperanza, se convertían en la mayor arma de doble filo que sobre los pueblos Latinoamericanos recaía; los cultivos, esos cultivos que daban paso a la vía de la exportación y sin predecir de importación de masa, ya que a medida que los productos se vendían de forma natural, nuevamente se compraban en forma procesada.

“Así se iba trasvasando la sangre por todos estos procesos, se desarrollaban los países desarrollados de nuestros días; se subdesarrollaban los subdesarrollados”
Eduardo Galeano

Hoy día, la historia no es diferente y lo peor es que el problema aun no muestra indicios de declive, ¿los mostrara alguna vez?.

¿Qué decir con respecto a la cultura?

Dadas las circunstancias, la situación y sobre todo el momento histórico actual, abordo este tema con la siguiente reflexión:

“Es hermoso pensar, cuantas cualidades tenemos y de cuanto somos capaces; poder vivir día tras día, como esas raíces nuestras, esa raza propia y verdadera aun en estos tiempos prevalece, no muere; como demostramos cada momento de la vida que somos guerreros de pura casa y sabemos sobrevivir a las más duras adversidades; como ese patrón de nuestros antepasados emana un grito, pidiendo ser escuchados, diciendo: aquí estoy, mostrándote lo que es tuyo, mostrándome lo que es mío y es más hermoso aun si conoces lo que tienes, cuando sabes bajo que cielo y sobre que naturaleza vives, cuando conoces la vida de tus padres y los otros padres también; cuando planteas tu vida y buscas el futuro de tus generaciones.

Pero valiéndome de la palabra hermoso, no sería hermoso, si no existiera lo feo y cuando hablo de feo hablo de nostalgias ¡de cordura o locura!, de apatía a las cosas malas y que lástima que sabiendo lo que somos sin ignorar nuestras raíces, aun vivamos, no en ese nuestro mundo, sino en el mundo que nos quisieron implantar, un mundo del que a pesar de tanto tiempo de quejarnos, por conquistas, represiones, maltratos, injusticias, no pasamos de ahí, de blasfemar contra ellos sin hacer nada por recuperar nuestros orígenes, nuestras propias vidas.

¿Porque hemos de cargar rencores cuando los seguimos a cada instante?, siempre hablamos de patriotismo pensando en el viaje al extranjero, cuando en medio de todos lo problemas o conflictos, siempre está trazada la línea de otros países, ¿por qué no ser como en realidad somos, sabiendo que todo lo podemos y nada nos queda grande?.

A pesar de todo esto, somos un continente y sobre todo, somos un país y vale la pena reiterar, que este es nuestro país, estas son nuestras tierras y nuestra cultura es bella, hermosa (la nuestra no la de los demás).

Solo hay algo que me asecha en estos momentos: ¿qué seria de nuestras vidas siendo civilizados en nuestra propia cultura?.

De esta forma concluyo, que a medida que seguimos conociendo nuestra historia y ese cúmulo de ofensas se acentúan, debemos continuar y basados en ellas, buscar nuestras propias formas de progresar.

OSCAR MAURICIO MARIN M.
Profesional en Desarrollo Social y Comunitario
Basado en “Las Venas Abiertas de América Latina”
Eduardo Galeano.

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